Ginebra Los Tornos 3 de septiembre de 2022Es la segunda parte de Tunc, como si hubiese sido escrita justo a continuación, o bien como si fuese una sola novela troceada en dos partes. El arranque es vertiginoso, pero el resto del relato no logra lo que logró Tunc: sorprender. Tal vez sea por el exceso de decadencia. Todos los personajes han evolucionado a eso, a decadencia, excepto Julian, pero ninguno de ellos alcanza proporciones mayúsculas. Demasiado protagonismo compartido. Al margen de todo esto, toca Durrell algunos temas muy de la época (ya existía Star Trek, la peli de 2001-Odisea, y poco después el Solaris de Tarkovski, aunque la novela de Lem era del año '61). El tema curioso, visto desde hoy, era la inteligencia artificial, no tanto como logro técnico, sino como problema filosófico, que es como se abordaban antes estos temas. Hoy se ve la IA como una herramienta. Bien es cierto que nuestra IA poco o nada tiene que ver con Star Trek o lo de Nunquam, pero cierto es que aspira a ello y todavía cuando se discute de estos temas, se sigue citando a autores de fantasía como Asimov o Arthur C. Clarke. Al parecer, la comunidad científica no tiene una opinión sobre el tema, y así está bien, porque no es su misión opinar sobre asuntos que no son de su competencia.
Con todo, está uno enamorado de los personajes de Tunc, así que Nunquam se lee con un chasquido de dedos, aunque no tengan la garra de los primeros.