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Como fósforos de Lucifer

Fecha: 1 de marzo de 2022

Tiempo de lectura: 2h y 40m

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Críticas de Como fósforos de Lucifer
Ginebra Los Tornos 8 de enero de 2023
Cortísima lectura. Desde hace ya muchos años se estudia a esta(s) autora(s), incluyendo a las hermanas, digo, como en un pack. Naturalmente, es Charlotte la más frecuentada, por ser la más longeva y la más feraz. Esta selección de cartas no es sino un micro-resumen de su biografía. Probablemente se haya hecho tan breve por temor a aburrir al lector, aunque si soy yo la lectora, me pasa justo al contrario. Me ha irritado la cortedad. Me he quedado sin saber casi nada. Es decir, casi nada más de lo que ya sabía. Me ha gustado constatar, no obstante, que todas o casi todas sus obras tienen una inevitable carga biográfica, de la que es tan difícil desprenderse. La fascinación por los profesores y las pupilas, los curas asquerosos en su papel de machos inevitables y a la vez terribles (coléricos, despiadados, etc.), y el trágico destino de las doncellas de lo que sería la clase media-alta de aquella época, las que no tenían por qué trabajar, pero al mismo tiempo vivían con estrecheces. Y también la figura paterna, claro, muy asimilable a la del cura amable pero más odiable.
Qué difícil resulta no amar a la Charlotte, mujer fuerte a la fuerza y tan delicada, al mismo tiempo, como una barra de mantequilla. Creo que no era muy dulce, seguramente porque le tocó una vida bastante reguleras, o a lo mejor porque era sajona, pero no era nada glacial. Al contrario, era bastante cálida, pero creo que le faltaba a ella misma una aportación sustancial de calidez, teniendo en cuenta el reguero de cadáveres que dejaron sus hermanos, y que en cierto modo le tocó endurecerse para ser la mujer de la casa. No me gustaría nada haber estado en su pellejo, aunque tengo la fantasía de poder haber sido su amiga y haber estado las dos juntas leyendo, escribiendo y escuchando música, y comiendo un pudín o unas indigestas empanadas de Cornualles con cerveza negra. Ah, qué tiempos aquellos, no sé qué puñetas hago viviendo en este siglo. Cambiaría sin pensarlo todos mis coronavirus por unas buenas cepas de tuberculosis.