Identifícate



Cambiar contraseña:


Saga de los groenlandeses & Saga de Eirik el Rojo

Anónimo

Fecha: 1200

Tiempo de lectura: 2h y 41m

Lo he leído
Lo quiero leer
Escribe tu opinión:

Si desvelas partes del argumento, utiliza el botón SPOILER para encerrar el texto correspondiente entre las etiquetas oportunas. Ej:

[SPOILER]Se desvelan partes del argumento[/SPOILER]

Tienes 7.500 caracteres. ¿Necesitas más? ¿Has considerado colaborar con una monografía sobre este libro?

Pulsa tu opinión:

Pulsa aquellos adjetivos que te sugiera esta obra.

Conmovedora
Sorprendente
Profunda
Original
Magistral
Entretenida
Divertida
Interesante
Emocionante
Evocadora
Inspiradora
Adictiva
Alegre
Hermosa
Certera
Ingeniosa
Absorbente
Extraña
Misteriosa
Dramática
Realista
Fantasiosa
Perversa
Absurda
Curiosa
Salvaje
Violenta
Sugestiva
Sesuda
Didáctica
Romántica
Predecible
Lenta
Aburrida
Cursi
Pueril
Frívola
Ofensiva
Deprimente
Confusa
Rebuscada
Falaz
Equivocada
Repulsiva
Deficiente
Espantosa
Vulgar
Críticas de Saga de los groenlandeses & Saga de Eirik el Rojo
Ginebra Los Tornos 8 de octubre de 2023
Estas dos sagas cuentan poco más o menos lo mismo, con algunas diferencias, y han servido de base para intentar localizar el asentamiento vikingo que pudo haber en la costa del norte de América alrededor del año 1000. Cuenta resumidamente la expansión de los noruegos, primero hacia Islandia, después hacia Groenlandia (descubierta según esta tradición por Eirik, o Erik, el Rojo) y después más al oeste, en la tierra que dieron en llamar Vinland (o sea, tierra del vino). Desterrado Eirik de Islandia, navegó por el océano y vino a dar con Groenlandia. La llamó así, Greenland, "tierra verde", para atraer a otros colonos y establecer una población permanente. Luego uno de sus hijos (Leif) navegó más hacia el oeste y descubrió distintos puntos geográficos, hasta llegar a la tierra que bautizó como Vinland por haber descubierto allí vides, trigo salvaje, buena madera, caza y otras riquezas. Esta tierra, por lógica, debía de estar en la península del Labrador, en la actual Canadá. Se asentaron, pero al cabo del tiempo llegaron los nativos (se discute si esquimales o indios, aunque probablemente indios) y, tras un breve intento de establecer relaciones comerciales, comenzaron las hostilidades y los vikingos se fueron con viento fresco. Hubo otros intentos de establecerse, pero sucedió lo mismo. Estaban demasiado lejos de su tierra como para poder colonizar una tierra hostil. Faltaban cinco siglos para que los avances sociales y tecnológicos permitieran a Colón lograr lo que los vikingos no pudieron.
La narración es muy sencilla y probablemente todo lo narrado sea cierto en su mayor parte. Hay algunos detalles divertidos, eso sí, con sibilas y muertos parlantes, y ahí ya se mezcla lo real con lo folclórico, y deja también constancia del periodo, donde se solapaban todavía el cristianismo con las viejas costumbres y creencias.
Mola.