Calatrava27 de April de 2022Allá por el año 2006, cerca de ese año, recuerdo. Alguien en calidad de "maleante incertidumbro", regalome esta obra, a perro parao. Los dados, el destino, o yo, procastinaron su lectura hasta hoy. Pasó tiempo. Así lo quisimos, así lo quisieron. Afortunadamente pude al fin leerlo. No tengo potestad para crítica alguna, pero si mostraré dos, quizá tres consideraciones sentidas. Hase dicho esto, paso a destacar el gusto poético de su atractivo contenido: uno, la magistral profundización sobre la muerte ("mi piel huele a consultorio médico", 2004:12); dos, el unamuniano sentimiento trágico de la vida ("soy ahora lo que miro, nada de lo que me rodea es peor que yo, 2004:63); tres, la escritura rota y hojarasca de protesta, hacia nuestra existencia política y social (¡Y por favor, gobernantes no nos tratéis como a todos esos pobres forenses de animales, porque nosotros somos precisamente esos animales!, 2004:48). Le agradezco Don Jesús esta "pieza rota para LOS SIN NADA (Romera Plaza, J., 2004:91) y para nosotras...
